Salud del suelo

¿Qué es un suelo sano?

Un suelo sano es aquel que permite que las plantas crezcan a su máximo potencial, libres de enfermedades y plagas, y sin necesidad de suplementos fuera de la granja.

Las bacterias, hongos, algas, protozoos, nematodos y otras criaturas diminutas prosperan en suelos sanos. Estos organismos son fundamentales para la salud de las plantas.

Las bacterias del suelo producen antibióticos naturales que ayudan a las plantas a resistir las enfermedades. Los hongos ayudan a las plantas en la absorción de agua y nutrientes. Estas bacterias y hongos se denominan colectivamente "materia orgánica". Cuanta más materia orgánica haya en una muestra de suelo, más saludable será el suelo.

Cuantificando un suelo sano

Los agricultores y científicos miden una variedad de factores para determinar la salud del suelo. ¿Cuantos son los microorganismos? ¿Cuánto nitrógeno, por ejemplo, hay en el suelo? Durante una sequía, ¿qué tan bien retiene agua el suelo? ¿Cuánto carbono puede absorber el suelo de la atmósfera?

Nuestros agentes certificadores recolectan muestras de suelo en campo. Antes de analizar las muestras, las secan y pesan en el laboratorio. Los sistemas orgánicos, a diferencia de los sistemas convencionales, mejoran y construyen el suelo con el tiempo.

Los agregados en suelos sanos ayudan a que se unan, previniendo la erosión y la escorrentía. Debido a que puede retener más agua, a las plantas les va mejor en condiciones de sequía. Contiene más bacterias y hongos que ayudan a las plantas en su lucha contra enfermedades y plagas. Además, un suelo sano contiene más minerales y nutrientes que alimentan a las plantas.

Un suelo sano es la base de nuestro sistema alimentario mundial, pero en este momento está amenazado. Según las Naciones Unidas, nos quedan menos de 60 años de capa vegetal cultivable utilizando las prácticas actuales.

Cada práctica de agricultura orgánica ayuda a crear un suelo saludable y resiliente que puede sustentar vida abundante tanto bajo tierra como sobre la tierra, lo que hace que la agricultura orgánica sea una herramienta eficaz para la conservación del suelo.